
La cosa no es para tomárselo a broma: da igual quién sea el destinatario final, la cuestión es que tú lo envías a una persona y como mucho a la que hace seis habrá llegado el mensaje.
Obviamente, éste sería el camino mínimo. Lo normal es necesitar algunos intermediarios más. Curioso, ¿verdad? La demostración matemática parece ser bastante compleja (leí que ilustres matemáticos solo han conseguido plantear las condiciones del problema), pero una aproximación sería la siguiente:
- ¿A cuántas personas conoces? Llamemos conocer a alguien a quien saludarías por la calle. ¿Quizás 20?¿30?¿50?¿100? La libreta de direcciones de cualquiera de vuestras cuentas de correo seguro que pasa de los 100, y si contamos familiares y demás casi que seguro que pasamos de 200. Dejémoslo en 50 para contrarrestar a todos aquellos antisociales (que seguro que los habrá, y espero que no estén entre los lectores de este blog)
- Ahora supongamos que cada uno de esos 50 colegas conoce también a otros 50. Esto no es descabellado
- Pues ya está: Si le envías un correo a tus 50 colegas, y cada uno se lo envía a sus respectivos 50 (ya estamos en el segundo paso), tu mensaje ya lo tienen 50^2 personas (2500) ... Como la cosa aumenta exponencialmente, en los 6 pasos de la teoría tu mensaje habría llegado a la friolera de 50^6 = 15625 MILLONES de personas.
Si en lugar de tener 50 colegas tienes 100, la cosa aumenta que da gusto: 1 BILLÓN DE PERSONAS. Seguimos: Si tienes 200 colegas, en 6 pasos llegas a 64 BILLONES ... ya has superado en mucho a la población de la Tierra
Ahora estaría bien que intentéis llegar a vuestro mito erótico en solo 6 pasos ... o a Gebreselassie, depende de tus aspiraciones ;)